Se puso el sol. Tras el breve crepsculo vino tranquila y oscura la noche, en cuyo negro seno murieron poco a poco los ltimos rumores de la tierra soolienta, y el viajero sigui adelante en su camino, apresurando su paso a medida que avanzaba la noche. Iba por angosta vereda, de esas que sobre el csped traza el constante pisar de hombres y brutos, y suba sin cansancio por un cerro en cuyas vertientes se alzaban pintorescos grupos de guinderos, hayas y robles. (Ya se ve que estamos en el Norte de Espaa.)
Era un hombre de mediana edad, de complexin recia, buena talla, ancho de espaldas, resuelto de ademanes, firme de andadura, basto de facciones, de mirar osado y vivo, ligero a pesar de su regular obesidad, y (dgase de una vez aunque sea prematuro) excelente persona por doquiera que se le mirara. Vesta el traje propio de los seores acomodados que viajan en verano, con el redondo sombrerete, que debe a su fealdad el nombre de hongo, gemelos de campo pendientes de una correa, y grueso bastn que, entre paso y paso, le serva para apalear las zarzas cuando extendan sus ramas llenas de afiladas uas para atraparle la ropa.
Detvose, y mirando a todo el crculo del horizonte, pareca impaciente y desasosegado. Sin duda no tena gran confianza en la exactitud de su itinerario y aguardaba el paso de algn aldeano que le diese buenos informes topogrficos para llegar pronto y derechamente a su destino.
ÑNo puedo equivocarmeÑmurmurÑ. Me dijeron que atravesara el ro por la pasadera... as lo hice. Despus que marchara adelante, siempre adelante. En efecto, all, detrs de m queda esa apreciable villa, a quien yo llamaraÊVillafangosaÊpor el buen surtido de lodos que hay en sus calles y caminos.... De modo que por aqu, adelante, siempre adelante (me gusta esta frase, y si yo tuviera escudo no le pondra otra divisa) he de llegar a las famosas minas de Socartes.