ÂŦUna obra rica, ambiciosa, compleja, burlona y poco definible, que valiÃģ a su autor en su ÃĐpoca tanto fama como denuestos, y en todas las demÃĄs ÃĐpocas hasta hoy conocidas una ardiente admiraciÃģn: el incomparable ritmo de su prosa, su ingenio inagotable, los inverosÃmiles juegos de palabras, la complicada estructura narrativa, la negaciÃģn absoluta de una concepciÃģn lineal del tiempo, su vibrante y aguda escritura y su originalÃsima puntuaciÃģn, su irÃģnica aplicaciÃģn a la novela de teorÃas filosÃģficas y cientÃficas, su perfecto manejo de la parodia y sus numerosas extravagancias y osadÃas sintÃĄcticas y tipogrÃĄficas, hablan por sà solos de su modernidad y nos hacen ver como simples imitaciones, ya anticuadas, a demasiadas "originalidades" contemporÃĄneas.
Tristram Shandy es mi libro favorito: es, a un mismo tiempo, la novela clÃĄsica mÃĄs cercana al Quijote y a la del siglo en que escribo; tanto su recuerdo como su frecuentaciÃģn esporÃĄdica me producen un indefectible placer; puede abrirse por cualquier pÃĄgina, con asombro y sonrisa siempre. No creo haber aprendido mÃĄs sobre el arte de la novela que durante su traducciÃģn. Sin duda, mi mejor obra.Âŧ
Javier MarÃas
Laurence Sterne (1713-1768), novelista inglÃĐs nacido accidentalmente en Irlanda, es sin duda uno de los escritores mÃĄs innovadores e influyentes de todos los tiempos, y el ÂŦmÃĄs libreÂŧ, segÚn Nietzsche. Autor poco prolÃfico debido a sus tardÃos inicios y a su salud perennemente delicada, constituye sin embargo un vÃnculo imprescindible entre los grandes satÃricos y humoristas de la literatura universal, en cierto modo precursores de la novela moderna (de Luciano a Cervantes, de Rabelais a Swift), y la mÃĄs arriesgada narrativa del siglo XX: Joyce, Beckett, Cabrera Infante o Kundera son descendientes directÃsimos y confesos de Sterne.