LA CORTINA

¡ GUSTAVO PINO SALGADO
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Obra descamisada, sin mÃĄs pretensiones que airear una crítica contenida contra este mundo de aceras mojadas y leÃąa verde, cuyos terrícolas se esconden detrÃĄs de la cortina para disimular sus desvergÃŧenzas y egocentrismo. Todos se autocalifican de demÃŗcratas y solidarios, pero este mundo de falsificadores estÃĄ manipulado y gozado por el aliento cargado que desprende la digestiÃŗn pesada de los que se mueven por las alturas, por congresos, reservados y senados, donde casi todo lo que dicen es vapor perfumado y humo amarillo, todo ello con el afÃĄn inconfesado es sacar astillas de los ÃĄrboles caídos y que sus hojas mojadas se pudran en el moho de los sÃŗtanos.

ÂŋProducen rendimientos las astillas de los ÃĄrboles caídos? Sí, claro, las empaquetan en el mercado envueltas en una campaÃąa publicitaria y, si no fuere suficiente, conciertan una crisis o cocinan una guerra, que para eso se rodean de asesores y vendedores de humo.

En medio de esos avatares, cuatro personas cuentan sus recuerdos felices e infelices, sus avenencias enfrentadas y sus desavenencias intentadas.

Entre los quince y los diecisÊis, edad en que todo es alegría, sonrisas y calidez, la vida es amor rebozado con miel, los cubitos de hielo se derriten y su líquido se evapora en cuanto roza la entrepierna, tanto que la vía lÃĄctea es deseada y parece alcanzable.

MÃĄs allÃĄ de los cuarenta, los cuatro saborean algÃēn que otro terrÃŗn de azÃēcar, pero ya han perdido todos sus derechos,

de forma que buscan y rebuscan, pero nada, solo encuentran obligaciones y reproches, por eso empiezan a mirar y recordar las turgencias del pasado.

DespuÊs de los setenta, el agua del río se mueve porque hay pendiente, pero la fuerza de la gravedad es tal que todo empuja hacia abajo, por eso los cuatro recuerdan lo que ya no pueden hacer y se cabrean, y empiezan a reclamar que el mundo les debe respeto.

Llegados los noventa, esos cuatro entran en desgana, agotan su vida y calamidades esperando un poco de agua, algo de luz, alguna razÃŗn que les permita entender de quÊ delitos les acusa la sociedad para que los ignore y desprecie de forma despiadada, que pecados han cometido para que Dios los abandone y olvide hasta la muerte mísera.

En sus Ãēltimos meses, los cuatro ancianos con la piel rasgada y sangrando por sus heridas, sin mascarilla ni escafandra que les ampare en la inhalaciÃŗn de tanto aire contaminado, sucumben ante los credos de la marea humana, de forma que Don Reconoce pierde, Don Silencio gana y La Cortina salvadora vuelve a esconder sus miserias y sus quejas, como siempre ha sido, para que el mundo pueda seguir creyendo que su dignidad sigue entera. Al final, pierden su condiciÃŗn de humanos vivos, y al tiempo que la muerte les libera de prejuicios y perjuicios, su otro yo les empuja a la sinceridad del borracho perdido, les convierte en criaturas infantiles sin frenos ni ataduras que les impidan airear lo que nunca habían aireado.

El autor

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BIOGRAFÍA:


El escritor, GUSTAVO PINO SALGADO,

naciÃŗ en Mourazos (EspaÃąa).

Es licenciado en Derecho.


Profesionalmente, completÃŗ dos etapas:

1ÂĒ, En el mundo de electrÃŗnica, 15 aÃąos.

2ÂĒ, En el universo de la justicia, 28 aÃąos.


Bibliografía:

MI piel, (2ÂĒ ediciÃŗn), abril 2024.

Las seis condiciones, febrero 2024.

Mi piel, septiembre de 2022.

AzÃēcar tirano, junio de 2020.

La cortina, enero de 2016.

Jura de cuentas, octubre de 2014.

Justicia nonada, febrero de 2013.

GestiÃŗn justicia, julio de 2004.

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