Para las mentes inquietas la existencia pesa como una condena al destierro, constantemente nos encontramos pisoteando la conciencia de estar existiendo inevitablemente. Todo lo real se vuelve ajeno y toda la realidad se vuelve frÃĄgil.
La asfixia es una experiencia de lo filosÃŗfico, lo psicolÃŗgico y lo poÊtico de encontrarse frente a frente con el vÊrtigo de nuestra existencia.