ÂĢEn este libro hay una buena parte de mi vida hecha, deshecha, reconstruida, como un gran puzle. Irremediablemente faltan piezas, fragmentos. Hay espacios vacÃos. Estoy segura de que alguno de ellos encierra en su oquedad un recuerdo intolerable que he tachado sin saberlo, que no merece el precio del recuerdo. Al final del viaje, cerca del puerto definitivo que se adivina entre la niebla, la memoria trabaja. El recuerdo reconstruye lo que fue real, adivina lo que aparece sumido en la oscuridad. Nos devuelve, en secuencias brillantes o brumosas, la vida recobrada. He tenido una hija. He plantado un ÃĄrbol, un haya purpÃērea que mide ya doce metros, en mi jardÃn de Cantabria. Y he escrito algunos libros...Âģ
Josefina Aldecoa
Josefina Aldecoa (1926-2011) naciÃŗ en La Robla, LeÃŗn. EstudiÃŗ FilosofÃa y Letras en Madrid. Durante los aÃąos de facultad entrÃŗ en contacto con un grupo de amigos que luego iban a formar parte de la llamada ÂĢgeneraciÃŗn de los cincuentaÂģ: Rafael SÃĄnchez Ferlosio, JesÃēs FernÃĄndez Santos, Alfonso Sastre, Carmen MartÃn Gaite e Ignacio Aldecoa, con quien se casÃŗ en 1952. En 1969 muriÃŗ su marido y durante diez aÃąos permaneciÃŗ alejada de la literatura, hasta que en 1981 apareciÃŗ su ediciÃŗn crÃtica de una selecciÃŗn de cuentos de Ignacio Aldecoa. A partir de ese momento reanudÃŗ su actividad literaria y desde entonces ha publicado la memoria generacional Los niÃąos de la guerra (1983); el libro infantil Cuento para Susana (1988); lasnovelas La enredadera (1984), Porque Êramos jÃŗvenes (1985), El vergel (1988), Historia de una maestra (1990), Mujeres de negro (1994), La fuerza del destino (1997), El enigma(2002), La Casa Gris (2005) y Hermanas (2008); los libros de recuerdos Confesiones de una abuela (1998) y En la distancia (2004); y los relatos recogidos en Fiebre (2001).