Para Lorenzo Silva recorrer Marruecos es hacer realidad un sueรฑo de infancia y, a la vez, adentrarse en el impresionante escenario de la aventura bรฉlica de su abuelo, combatiente de a pie en la llamada guerra de Africa. A lo largo de ocho jornadas, y con la compaรฑรญa de su hermano y un amigo, el escritor explora el interior del paรญs para descubrir โy descubrirnos- la รกspera regiรณn del Rif y la zona no menos agreste del Yebala, y de paso lugares como Melilla, Annual, Alhucemas, Xauen, Larache, Alcazarseguer, Tรกnger, Fez, la antigua ciudad romana de Volรบbilis o Rabat. Tambiรฉn el calor agobiante del verano africano -el mismo calor que sintieron los soldados que luchaban con su abuelo-, el color de la tierra roja, como de herrumbre, el sabor del tรฉ con hierbabuena, el sonido de la mรบsica andalusรญ o el silencio de los caminos pรฉsimos y los mendigos inmรณviles. El viaje desvela el Marruecos presente y lo anuda a la historia de la guerra pasada, que acude a estas pรกginas con la enfebrecida claridad del espejismo: combates reducidos a cacerรญas, el heroรญsmo inรบtil, el desdรฉn de los gobernantes, el horror. Y frente a los espaรฑoles, sobresale Abd el-Krim, artรญfice de la resistencia rifeรฑa, un hombre capaz de machacar al enemigo y de rendir al mismo tiempo honores militares al cadรกver de su antiguo amigo el coronel Morales, antes de devolverlo en un ataud de zinc a las autoridades espaรฑolas.