UN INSIGNIFICANTE MARTES A LAS 5:23 DE LA MADRUGADA MIENTRAS LA ESTÚPIDA VELA NO PARA DE APAGARSE

Tenía pensado escribir uno de esos prólogos bonitos e inspiradores para que tú, lector, supieses más o menos qué ibas a encontrar entre las páginas de este libro. Lo tenía casi terminado, hablaba, entre otras cosas, de que todo escritor tiene que aspirar a alcanzar en sus poemas la realidad y simpleza con la que un niño observa el mundo. Pero esta noche, estaba repasándolo una vez más, cuando me he dicho para mis adentros: ¡pero qué cojones hago escribiendo esto si los prólogos no se los lee nadie! Así que he borrado todo lo escrito y he decidido que el prólogo de sea esto que estás viendo. Qué más da, si de todas formas, tal y como yo hago con los prólogos de otros libros, te lo vas acabar saltando. Así que nada, mi querido lector o lectora, espero que te guste este libro, y si no te gusta, pues que te jodan.

SIN MIEDO A LA MUERTE, CON MIEDO A LA VIDA

Carlos Kaballero