La humildad ¿es un atributo cristiano que debemos cultivar? Y si lo fuera, ¿se puede alcanzar la humildad genuina? Con una aplicación tan práctica que a menudo se pasa por alto, la respuesta se encuentra al estudiar la vida y las palabras de Cristo (el que quiera entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo). Este breve libro es un fuerte llamado a todos los cristianos comprometidos, a demostrar que la mansedumbre y la humildad de corazón son la evidencia por la cual se reconocerá a quienes siguen al manso y humilde Cordero de Dios. No importa que tus esfuerzos iniciales sean malinterpretados, o que se aprovechen de ellos o incluso se resistan. En cambio, aprende de Aquel que vino no para ser servido, sino para servir. Para que un cristiano esté vivo, para que la vida de Cristo reine en nosotros y a través de nosotros, debemos vaciarnos de nosotros mismos, cambiando nuestra vida por la Suya, nuestro orgullo por la verdadera humildad cristiana.