En la Ãēltima dÊcada del siglo XIX, una oleada de asaltos espectaculares, realizados por una banda bien organizada, por todo el territorio de Kansas, y parte de los estados limÃtrofes, Missouri, Iowa, Nebraska Oklahoma, extendiÃŗ el pÃĄnico entre la gente, entidades bancarias, ferrocarriles y aseguradores.
El comisario Quincy, a pesar del tiempo que llevaba en su cargo, empezaba a sentirse inquieto. Primero, sus jefes le habÃan rogado que hiciera algo, cuanto antes mejor. Luego, se lo ordenaron.
Por tales motivos, el comisario Quincy habÃa hecho venir a Topeka a un hombre a quiÊn sÃŗlo conocÃa de nombre, pero de unas cualidades extraordinarias como agente especial, y que le habÃa sido recomendado por uno de los altos jefes de la policÃa de Nueva York.