Elátkozott Ház

La lluvia golpea implacablemente el vidrio del parabrisas. Sacando los ojos, apretando el volante con ambas manos, espías el camino frente a ti, pero no ves nada más que la húmeda oscuridad.
Aunque el limpiaparabrisas revolotea aquí y allá lucha heroicamente con el agua que fluye sobre él, aún permanece en el fondo porque la lluvia cae cada vez con más fuerza.
Disminuiste un poco la velocidad; sus faros están buscando desesperadamente el camino.
BAKKER! Le lanzas maldiciones al viejo otoñal por guiarte en este viaje. Probablemente estaba pensando en la segunda bifurcación desde la izquierda o incluso mejor desde la derecha.
¡Tienes buenos chistes! ¿Es cierto que viste ese brillo maligno en tus ojos o no? Esa mirada siniestra ... ¡Pero eso es una tontería! ¡Simplemente giró en el lugar equivocado y quedó atrapado bajo la lluvia torrencial!
La lluvia cesará pronto, no puedes llover durante tanto tiempo con esa fuerza, y luego ... ¡¡¡CUIDADO !!!
Tiras del manillar hacia la izquierda a la velocidad del viento para evitar la figura que aparece casi de la nada en el haz de tus faros. Su automóvil choca tremendamente mientras se desliza por el bordillo rocoso y finalmente termina en la cuneta. Cuando se recupera, siente su cuerpo; afortunadamente, no resultó gravemente herido, solo sufrió pequeños hematomas.
Lentamente recuerdas lo que pasó. ¡Esa figura! Debes haberme golpeado, piensas, está fuera de discusión que te las arreglaste para moverte. Inmediatamente sales de tu auto mientras rezas para encontrarte con vida.
A medida que retrocede, su ropa se mojará por completo con la lluvia en la carretera. Está tan oscuro que apenas puedes ver. ¡Pero no ves esa figura por ningún lado!
Te detienes y piensas qué comer. ¿Estás seguro de que viste a alguien, no solo a la luz, haciendo una mala broma contigo? Si. Bien recuerdas sus dos manos levantadas con horror y su rostro distorsionado por el dolor cuando chocaste contra tu auto.
¡La cara! Había algo familiar en su rostro. Sí, te diste cuenta de que era el anciano canoso que ... Tu corazón empieza a latir con fuerza: ¡no, es imposible!
Temblando de miedo, vuelves corriendo al coche, te pones la llave de contacto con gran dificultad y la giras vigorosamente.
El motor tose dos y luego se detiene. Reinicia, pero esta vez el motor ya no tose. Agarras el volante con ambas manos y empiezas a tirar de él para intentar darle vida a tu coche.
Sin embargo, la batería está agotada. Al parecer, esta noche no saldrás de esta zanja con tu coche. Estás en una situación desesperada, pero lo que más te entusiasma es tu coche.
¿Dónde consigues ayuda ahora? Ha visto un taller de reparación de automóviles en Mingleford, pero está al menos a treinta millas de distancia.
Acerca de en respuesta a su pregunta, una luz parpadea en la distancia. Alguien encendió una luz en su dormitorio. ¡Que suerte! O la última casa estaba a veinte millas de distancia, y tu auto explotó accidentalmente justo afuera de la casa de alguien.
Te desabotones bien la chaqueta y abres la puerta. Sal del coche, ahora puedes echar un vistazo más de cerca a la casa.
No lejos de usted, a la izquierda, conduce hasta la casa, que puede ser una buena caminata de cinco minutos. Cuando llegas allí, te estás empapando la piel, pero ¿de qué otra forma podrías llamar al mecánico?
Mañana tendrás un juicio importante, no puedes llegar tarde. No, definitivamente tienes que estar ahí. Una vez que llame al mecánico, probablemente pueda secar el interior.
Cierras la puerta de tu coche, te subes el cuello de la chaqueta y te diriges a la casa. La luz del relámpago parpadeante ilumina la casa, pero solo estás ocupado con la lluvia, por lo que no le das ningún significado al signo celestial.
La casa es vieja, muy vieja, y muy deteriorada. La luz de la ventana comienza a parpadear. Es como si una lámpara de queroseno estuviera encendida por dentro, no como electricidad.
No notarás que no hay ningún cable telefónico que conduzca a la casa, aunque si lo vieras, definitivamente regresarías.
Cuando subes las escaleras hasta la puerta principal, todavía no sabes qué destino te espera.

No olvidarás tu noche de esta noche ...